23.07.2004

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AJEDREZ BLITZ, CEREBRO Y CEREBELO
Partidas de Larsen

 

EL PLACER DE OBSERVAR COLIBRÍES
El caso de Bent Larsen



Por:
Eduardo Bermúdez Barrera
edyedzer@yahoo.com

19.03.2004. (Barranquilla) Por Eduardo Bermudez Barrera.
Este Profesor de la Facultad de Ciencias Humanas de la U. del Atlántico,.Director del grupo de investigaciones en Neurofilosofía,Holosapiens y Master en filosofía de la ciencia por la U del Valle, ha querido compartir un ensayo biográfico sobre el gran maestro Bent Larsen, una de las figuras mas importantes del ajedrez en el tercer cuarto del siglo pasado, en el que se resalta ademas de su talento creativo exhuberante una notable tenacidad en la lucha deportiva digna de imitar por las nuevas generaciones.
El Profesor Bermudez es además un excelente jugador y en representación del Atlántico ha asistido a varios campeonatos nacionales colombianos, además, autor de un libro antológico sobre nuestro ajedrez.

BENT LARSEN

Hoy, a comienzos del siglo XXI, se puede mirar en restrospectiva lo que fue la segunda mitad del siglo XX en el jedrez mundial. Sin duda han de ser los campeones mundiales, desde Botvinnik hasta Kasparov los actores principales de esta historia, pero, como en otras épocas, siempre vamos a encontrar algunos jugadores especiales que, sin haber sido poseedores del título mundial, hicieron aportes notables al sistemático juego. Muchas veces sus aportes han sido tan valiosos como los de los honrados con la máxima distinción competitiva. Vale recordar para la primera mitad del siglo XX los casos de Rubinstein o Nimzovich, contemporáneos de Lasker, Capablanca y Alekhine.

Para nuestra aproximación histórica a la segunda mitad del siglo XX tenemos casos especiales como el de Bronstein o Larsen, quienes sin haber llegado a la élite de los campeones mundiales, sin duda han hecho aportes muy significativos para la evoluciónj teórico-práctica del juego por la riqueza de ideas desplegadas en sus partidas.

En su mejor época

Los colibríes son pájaros muy singulares por su originalísimo vuelo. Quizá por ello, Bent Larsen, el gran maestro danés, escogió el título "Hay colibríes en mi jardín", para la continuación de su autobiografía ajedrecística. Él se constituye en un caso muy especial para estudiarlo en sus partidas y en los aportes que ha hecho al ajedrez. Reconocido seguidor del pensamiento antidogmático de Nimzovich, el gran maestro escandinavo elaboró un estilo personal que hoy ya podemos considerar entre los clásicos. Un estilo que, como David Bronstein, adquiere hoy gran importancia frente a un mundo ajedrecístico dominado por la fría objetividad de la tecnología ajedrecísitica convertida en inmensas bases de datos de híbrida información computarizada. Este mundo de la informática ha reducido la creatividad a su más mínima expresión y, cada vez son menos las partidas originales ante la rutinaria aplicación de la técnica codificada.

Definiciones sobre el estilo ajedrecístico

Bent Larsen y su estilo de jugar (así com también D. Bronstein) se constituyen en una alternativa para recuperar el lado artístico del juego. Pero ya que hablamos de estilo, recordemos lo que dice el ex-campeón mundial Max Euwe sobre lo que es el estilo personal en ajedrez: "cada ajedrecista -en verdad, cada ser humano- tiene cualidades y apitudes que le son propias, y que además son tema de fluctuaciones cuantitativas. Cuando un jugador tiene que elegir entre continuaciones que, son igualmente buenas, ha de examinar cual es la que mejor se acomoda a lo suyo. Examinar estas líneas de juego, significa estudiarse a sí mismo; El estilo no se aprende de los libros." Este párrafo de uno de los más grandes didactas del ajedrez en el siglo XX. Es un excelente punto de referencia para estudiar las características principales del estilo ajedrecísitco del gran maestro danés. Otra excelente referencia nos la proporciona el gran maestro norteamericano Reuben Fine, quien en sus refinados escritos nos legó lo siguiente: "para cualquiera que examine partidas magistrales, aún de manera superficial, le será obvio que cada gran maestro juega de una manera que le es propia. Algunos se revelan en la apertura, otros se despliegan en el medio juego, un tercer grupo se sienten más a gusto en los finales, otros gustan sólo del ataque, aquellos de la defensa, para no mencionar miles de características más sutiles."

De repertorio amplio e imprevisible

Para nuestro caso, Bent Larsen, coterráneo de Niels Bohr y Soren Kierkegaard, en su contribución al pensamiento ajedrecísitco de la segunda mitad del siglo XX, prefiere en la apertura con las piezas blancas los fianchetos, tanto de flanco de dama (1.b3) como el de flanco rey (1.g3). Es sabido que la primera jugada blanca b3 tomó su nombre y se conoce hoy como apertura Larsen. Con ella ha cosechado innumerables triunfos utilizándola preferentemente contra los maestros promedio. En cuanto a 1.g3, hay que decir que la empleó mucho más contra jugadores de la élite, llegando a transposiciones en las que se conduce como pez en el agua, muchas veces alcanzando esquemas de defensa y apertura con los colores invertidos en donde el ojo sutil del escandinavo sabe ver muy bien diferencias que pasarían inadvertidas para el maestro promedio. De este modo, ha vencido a jugadores de la talla de Viktor Korchnoi, Efim Geller, Svetozar Gligoric, Oscar Panno, Borislav Ivkov, Ulf Andersson, Wolfgang Uhlmann, Zoltan Ribli, etc.

Con blancas, su amplio repertorio incluye también las movidas 1.f4, 1.c4, 1.d4, 1.e4, 1.Cf3, y 1.b4 entre otras. Por ello, en el cénit de su carrera, resultaba problemático preparar una partida contra él, ya que como escribió alguna vez, su estilo en la paertura se caracterizó por acentuar fuertemente el factor sorpresa. El gran maestro aregentino Miguel Angel Quinteros escribió al respecto lo siguiente: "jugar con Larsen es una de las mejores cosas que le puede suceder a un ajdrecista. Ello implica una aventura. Pero porque sobre todo, quien triunfará será el juego-ciencia. La preparación teórica frente a él es una tarea ardua, pues seguramente es el gran maestro que posee el más amplio repertorio de aperturas. Por eso la batalla contra él debe comenzar en el momento en que se le estrecha la mano, un segundo antes de comenzar la partida."

Como sugerencia, repasemos que con 1.f4 derrotó a Tigran Petrosian en IZT Portoroz, 1958, y a Boris Spassky en IZT Amsterdam, 1964. En este último evento citado, recordemos lo que dijo el MI español F.J. Pérez luego del éxito del GM vikingo (primer lugar empatado con Smylov, Spassky): "En su preparación para jugar este torneo, los demás participantes hemos estudiado las últimas innovaciones de Bolevslaski y Geller, pero Larsen ha estudiado al Greco y Filidor."

Con 1.b4 podemos observar su partida contra el GM Walter Browne en 1974, en la cual nos muestra un excelente manejo de esta apertura de flanco que lo conduce a un medio juego instructivo, finalizando con un mate semiforzado de torre, caballo y alfil contra la inerme dama negra. Sus experimentos en la apertura lo han hecho jugar esquemas que como jugador de contraataque le permiten jugar con soltura estructura de defensa en primera mano. Véase tambén para ello su partida del torneo memorial Nimzovich, 1960 contra Efim Geller, en donde juega una benoni con blancas. El mismo considera esta partida como una de las mejores que jugó.

Su fuerza con piezas negras

Su solvencia para jugar con las piezas negras le permitió convertirse en el único GM no ruso que pudo vencer en más de una ocasión a todos los campeones mundiales desde Botvinnik (pasando por Smyslov, Petrosian, Tal, Spassky y Fischer) hasta Karpov, conduciendo el bando negro. Con él, su repertorio es por supuesto de lo más variado. Contra 1.e4, responde con toda una gama de opciones que van de desde las sicilianas (dragón najdorf y pelikan), pasando por la owen, caro-kahn, nimzovich, pire, escandinava, alhekine, hasta las diversas variaciones del Ruy López (variante abierta, cozio, etc).

Contra el 1.d4 no es menor su variedad. Pues incluye en su repertorio un abanico de opciones indias como la nimzoindia, heredada de su maestro ruso-escandinavo Nimzovich, la india de rey, la india de dama, la bogoindia, la indobenoni, la benoni, etc. Por supuesto, también encontramos ejemplos de doble peón dama, como en su victoria contra Najdorf en la olimpíada de La Habana, 1966. La holandesa no podía faltar en un jugador que acostumbró a abrir muchas de sus partidas con 1.f4. Un ejemplo de holandesa muy curioso es su partida contra el GM español Arturo Pomar en el campeonato por equipos de España, 1975.

En síntesis, poemos decir que Larsen, haciendo gala de un enorme conocimiento de aperturas y defensas enfatizó el factor sorpresa y enriqueció el repertorio de diversas aperturas con nuevas ideas, con el fin de proponer una lucha ajedrecísitca por fuera de los cauces tradicionales, ya para ese entonces convertidos en rutina.

Larsen a los 69 años

En el medio juego, Robert Fischer, por ejemplo, en aras de un cálculo preciso, se caracterizó por eliminar pronto un par de piezas menores, así como también se especializó en conducir un medio juego sin damas. A diferencia de Fischer, Larsen elaboró frecuentemente ataques de flanco, los cuales no conducen a rápidas simplificaciones. Ya hemos dicho que el escandinavo desarrolló una extraordinaria habilidad para jugar transposiciones y llegar además a esquemas posicionales con los colores invertidos. otros ejemplos de ello los encontramos en sus partidas contra Suetin, Van der Berg, etc, donde jugó con blancas estructuras de defensa utilizadas con negras, logrando manejar magistralmente la sutil diferencia del tiempo de ventaja.

Originalidad

Esto último nos hace recordar lo que afirmaba M. Botvinnik hacia mediados de los años sesenta: "en nuestro tiempo, sólo podemos obetener éxitos fuera de lo común, si dominamos el arte de crear situaciones originales." Esto fue precisamente uno de los puntos fuertes en el estilo de Larsen. Ejemplos ilustrativos de su pensamiento los encontramos en múltiples partidas, de las cuales queremos destacar por la importancia que tiene para la historia del ajedrez en la segunda mitad del siglo XX su triunfo con piezas negras contra Fischer en Santa Monica, 1966, en donde la pareja de alfiles blancos no pudo contra la pereja de caballos que acaudillaba la dama negra. Allí Larsen, mostrando su faceta nimzovichiana tomó partido por los caballos que, combinados con la dama, produjeron esas posiciones peligrosas de las que hablaba Capablanca. Un ejemplo adicional de esto último lo podemos ver en su partida contra F. Olaffson en Dundee, 1967.

Pero volviendo a Santa Monica, 1966, en su partida con piezas negras contra el entonces campeón mundial Tigran Petrosian, obtenemos su análisis concreto de la posición en la jugada 28: "la superioridad del negro puede describirse de varias maneras: más espacio, mejor estructura de peones, piezas más activas, muy importante, el alfil dama blanco es malo, y ya no podrá obtener ningún papel destacado; de hecho, se halla reducido a la pasividad hasta el fin de la partida. En relación con el centro estático de peones, el alfil dama negro, también es malo, pero si se atiene a sus posibilidades a lo largo de la diagonal a6-f1, es difícil calificarlo así." Vemos aquí en este análisis un tema recurrente en el modo ajedrecísitico de pensar el vikingo, y es acerca de los alfiles "buenos" y los alfiles "malos". Para ampliar este punto, podríamos citar un par de partidas suyas jugadas en el IZT Leningrado, 1973, enfrentando a los GMs Uhlmann y Smejkal. Sus comentarios nos enseñan que en ocasiones, el alfil "malo" no es tan malo, y el alfil "bueno" no es tan bueno, como se cree dogmáticamente para algunos esquemas de la defensa holandesa.

Una muestra más de su original juego práctico y de su pensamiento antidogmático lo hallamos en su partida contra el GM Quinteros, en Orense, 1975. Aquí, durante las primeras quince movidas, sólo tres piezas blancas se colocan en juego: un caballo en c3, la dama en d2, y un alfil en e3. El resto de las primeras quince movidas (doce en total), o el 80% de las movidas de apertura son de peones, y Niguno de ellos está en su casilla de salida! Todo ello fundamentado en una estrategia de restricción que resulta de lo más apropiada a la posición.

Una definición de T. Petrosian

Para cerrar por ahora esta aproximación al gran autodidacta danés, vale recordar la propuesta que nos legó T. Petrosian sobre lo que es el jugador de talento. En resumen, el excampeón mundial diferenció entre el jugador fuerte de nivel magistral, quien, por supuesto, conoce los fundamentos posicionales, domina las reglas estratégicas básicas, así como también posee su propio repertorio de aperturas y está al tanto de la técnica general en los finales, mientras el jugador el de talento también conoce todos estos elementos y los domina, pero se empeña en buscar las excepciones de las reglas, realizando análisis nuevos, muchas veces contrariando la tradición consignada en los libros. La frase "vino nuevo en odres viejos" cabe perfectamente en el pensamiento de jugadores que como el citado David Bronstein y, el caso que nos ocupa, Bent Larsen, investigan y encuentran soluciones alternativas, ideas nuevas y esquemas no rutinarios que enriquecen el juego práctico.